La escena incluyó maniobras riesgosas, tensión en vía pública y una rápida reacción policial que logró contener la situación antes de que escalara.
El hecho ocurrió poco antes de las 21 del viernes, durante un control de rutina en las calles Jorge Newbery y Esquiú. En ese momento, los efectivos observaron un Chevrolet Onix gris que, al advertir la presencia policial, realizó un giro en U y se alejó a gran velocidad. Ante esta reacción, el personal inició su búsqueda por la zona.
Pocos minutos después, un móvil logró ubicar el vehículo en calle José Hernández. Al intentar detenerlo, uno de los efectivos descendió del patrullero para interceptar a la conductora. En ese instante, la mujer intentó una nueva maniobra evasiva y atrapó el brazo del agente con la puerta del auto. Lo arrastró marcha atrás por unos metros. Afortunadamente, el efectivo logró liberarse sin lesiones de consideración.
La persecución continuó por calle Esquiu y finalizó en Colombia al 1300, donde la mujer abandonó el vehículo en la vía pública e ingresó a un domicilio. Al llegar al lugar, los uniformados fueron recibidos por familiares de la conductora, quienes intentaron justificar la huida alegando falta de documentación. Sin embargo, al ser identificada, la mujer presentó título del vehículo, carnet de conducir y seguro, aunque no contaba con la cédula de identificación, según explicó, por estar tramitando el cambio de titularidad.
Al consultar el sistema, se confirmó que el dominio del rodado presentaba una prohibición de circulación vigente. Por disposición de la fiscalía de turno, se procedió al secuestro del vehículo y se inició una causa judicial por atentado y resistencia a la autoridad.
La determinación del personal de la Subcomisaría 79°, fue la clave para lograr neutralizar una situación de alto riesgo en plena vía urbana. La capacidad de respuesta, el control del entorno y la firmeza en la actuación reflejan el compromiso diario de la fuerza con la seguridad pública y la protección de los vecinos.