Con un promedio de 1350 atenciones mensuales en las cuatro ciudades rionegrinas de mayor población, se evidencia el crecimiento sostenido de la demanda y la importancia estratégica del sistema en todo el territorio.
En cuanto a la distribución por niveles de urgencia, el 47% fueron salidas y atenciones por códigos verde (cuadros leves), el 28% códigos amarillo (urgencias intermedias), y el 25% por códigos rojo, situaciones críticas con riesgo vital.
Es importante remarcar que aunque el código rojo representa solo un 25% del total, su valor no está en la cantidad. Cada código rojo es una vida que puede depender de minutos. Es una persona en paro cardiorrespiratorio, con un infarto en curso, un ACV o una hemorragia masiva. Es ahí donde el sistema muestra su mayor potencia: estar presente, rápido y preparado cuando el margen de error es cero.
Del total de atenciones, el 60% se realizó en domicilios particulares, mientras que un 33% fue en la vía pública y el restante 7% en instituciones. Una proporción considerable de intervenciones derivó en traslados hospitalarios.
Desde el SIARME destacaron el trabajo, el compromiso y el profesionalismo de cada uno de los equipos que brindan cobertura gratuita en emergencias prehospitalarias las 24 horas del día.
Asimismo, detallaron las principales causas de atenciones y remarcaron que, si bien durante el último año se registraron aproximadamente 4.600 incidentes viales, lo que representa una carga significativa sobre los servicios de emergencia, el trabajo del SIARME no se limita solo a los accidentes de tránsito sino que las causas de intervención son diversas y complejas.
Clínica médica (34%): incluye cuadros de fiebre, descompensaciones por enfermedades crónicas, emergencias respiratorias, cuadros gastrointestinales, hipertensión arterial, entre otros. Son situaciones frecuentes que requieren una primera evaluación y estabilización en el lugar.
Traumatismos (29%): abarcan desde accidentes viales hasta caídas en el hogar, lesiones laborales, golpes y fracturas. Estos casos muchas veces requieren traslado inmediato al hospital por riesgo de lesiones internas o complicaciones.
Salud mental (14%): intervenciones por crisis de angustia, brotes psicóticos, intentos de suicidio que promedian entre 20 y 25% mensuales, cuadros de ansiedad o depresión aguda. El abordaje de estos casos requiere equipos capacitados y protocolos específicos que el SIARME ha ido fortaleciendo con el tiempo.
Neurología (7%): incluye principalmente accidentes cerebrovasculares (ACV), crisis convulsivas, desmayos o pérdida de conocimiento. Se trata de emergencias donde la rapidez en la atención es clave para reducir secuelas y salvar vidas.
Neumología (4%): crisis asmáticas, insuficiencia respiratoria, EPOC descompensado. Estos cuadros se han vuelto cada vez más frecuentes, sobre todo en personas mayores y durante épocas de cambios climáticos intensos.
Cardiología (6%): dolor torácico, arritmias, infartos en curso. Son situaciones críticas donde cada minuto es determinante. La primera respuesta del SIARME puede marcar la diferencia en el pronóstico.
Dolor ostearticular / músculo-esquelético (5%): lumbalgias agudas, contracturas severas, artritis reagudizadas. Si bien no siempre revisten gravedad, generan mucho malestar e impacto en la vida cotidiana y requieren atención inmediata.
Gineco-obstétrico (1%): controles de urgencia en embarazos avanzados, partos inminentes, sangrados u otras complicaciones ginecológicas. En zonas alejadas o sin acceso inmediato al hospital, la intervención del SIARME es clave.
Esta diversidad de causas demuestra que el SIARME no es solo un sistema de traslados sino que es una red especializada de atención inmediata, capaz de contener, estabilizar y derivar según la complejidad de cada caso.